La rotura de ligamentos se puede prevenir manteniendo una buena forma física y ejercitando regularmente la propia capacidad de coordinación. Lógicamente ninguna de las dos cosas es una garantía de que un ligamento no se pueda lesionar o desgarrarse debido a un movimiento inapropiado. No obstante, si se hace ejercicio para conservar la buena forma física y mejorar la coordinación, no solo se reduce el riesgo de sufrir una rotura de ligamentos, sino también otras lesiones deportivas como, por ejemplo, una distensión muscular o un desgarro fibrilar.
Los ejercicios de coordinación contribuyen de forma especial a prevenir una rotura de ligamentos. Así pues, existen ejercicios técnicos y de equilibrio específicos de algunos deportes destinados a entrenar la capacidad de la musculatura de mantener la estabilidad de las articulaciones. Por ejemplo, si se intenta mantener el equilibrio sobre una tabla oscilante, se entrena de forma efectiva la coordinación de la musculatura de las piernas y se protege la rodilla y la iarticulación del tobillo de sufrir lesiones.
El calzado deportivo adecuado
Además de la buena forma física y la coordinación, un calzado deportivo adecuado también puede prevenir una rotura de ligamentos. Se debe evitar llevar calzado deportivo con tacón elevado. Con este tipo de calzado es más fácil torcerse el tobillo. El tacón elevado lo tienen, por ejemplo, muchas zapatillas de correr. Éstas llevan suelas más altas porque los fabricantes han incorporado suelas amortiguadoras, pero los corredores que necesitan una amortiguación especial son los menos.
Los jugadores de baloncesto llevan calzado deportivo especial y no sin motivo. Éstos tienen que saltar con frecuencia y pueden torcerse el pie fácilmente al caer sobre el duro suelo del pabellón. Por esta razón las zapatillas de baloncesto tienen la caña elevada por encima del tobillo. Esta elevación protege los ligamentos y reduce el riesgo de torcedura. De este modo se pueden evitar las roturas del ligamento externo de la articulación del tobillo.
En el caso de los jugadores de fútbol, éstos no deben llevar zapatillas de fútbol equipadas con tacos de especial agarre. Estos tacos pueden aumentar el riesgo de rotura del ligamento cruzado, ya que jugando al fútbol se puede producir una rotura de ligamento cruzado si el futbolista gira el cuerpo rápidamente mientras que el pie permanece fijado al suelo. Los tacos con agarre impiden girar el pie al mismo tiempo, lo que puede provocar la rotura de los ligamentos cruzados. Por esta razón se recomienda llevar zapatillas de fútbol con poco agarre. Si bien este tipo de zapatillas ofrece menos estabilidad, en contrapartida permite al pie tener una cierta flexibilidad y, de este modo, descargar a los ligamentos de posibles lesiones por tensiones indebidas.
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